domingo, 5 de febrero de 2017

Novela Feel Good... ¿good or not good?



¡Buenos días! Menuda racha llevo de novelas impactantes – en el mal sentido de la palabra: en estos momentos no quiero novelas impactantes, las quiero suaves pero profundas, que no me sobresalten ni me hagan llorar, por dios, que últimamente junto al ebook tengo que agarrar un rollo de papel -, y todo es debido a un artículo que leí, aquí dejo el enlace, que hablaba sobre novelas Feelgood. Escuché el término cuando leí El noviembre de Kate, de Mónica Gutiérrez, del que ya hablaré, y recordé que ya había leído de esta autora Un hotel en ninguna parte y me había gustado mucho. Así que compré el tercero, Cuéntame una noctalia – sólo 100 páginas, la verdad es que me supo a poco, pero un libro entero al fin y al cabo, y muy bonito – y no me defraudó.


Entendí que esa suave balsa en la que me mecía cuando leía a Mónica era lo que se denominaba FeelGood, y me encantó. Dije “quiero más”. Pues vas a tener más... toma. Ahí llegó el primero, que cogí del famoso artículo, Juntos, nada más, de Anna Gavalda, del que también hablaré en otro momento, y que me gustó porque tiene el típico estilo francés, claro, con mucho diálogo – supongo que por eso hicieron la película -, y con mucho contenido junto. Juntos, nada más, habla de la familia – que no tiene por qué ser la de nacimiento -, de la soledad, y del encuentro fortuito con otros seres afines – aunque en principio parezcan lo más alejado a una – que terminan formando una pequeña familia – o llamémosle grupo de seres que, sin tener nada en común, comparten una soledad en grupo y eso parece apaciguar la tristeza universal – de lo más peculiar.

Después leí La lista de mis deseos, de Grégoire Delancourt, cuya protagonista, una modesta propietaria de una mercería en un pueblo, gana varios millones en la Loto. Nos habla del antes, del durante, y del después. Una novela de esas que te hacen reflexionar, porque ¿quién no querría que le tocara la lotería? ¿Qué te comprarías? Si, una buena novela, en mi opinión. La forma en que Jocelyne habla de su vida y de ella misma es cruda y muy cínica, y poco a poco vas comprendiendo por qué. Aún así, noté cierto sabor depresivo que me sobraba y que no hace sino crecer a lo largo del libro. Al final, te lo replanteas todo, de pronto ya no quieres que te toque la lotería y tampoco quieres leer más novelas Feel Good.


Dicho esto, he de decir que de FeelGood, en mi opinión, no tiene nada. La novela genera pena, la verdad, y solo el final es un jardín de flores. Para mi, que el desarrollo de la novela vaya marcado por el drama y que solo el epílogo nos hable de felicidad, no me hace sentir bien. Las novelas de Mónica Gutiérrez me hacen sentir bien desde el principio, porque el drama ya pasó y ahora llega el proceso de cambio de sus protagonistas, la sanación, y eso se disfruta. Lo mismo me pasó con Volver a empezar, de Judi Hendriks, que sabes que ha pasado algo muy triste, pero ya pasó, ahora toca levantarse y seguir, y esa es la parte que me reconforta. Con la novela romántica pasa algo parecido, por muy intensa que sea la trama, no es tan voraz, si muere alguien no suele ser tan importante, si alguien enferma, no es para siempre. Disfrutas de un romance, que es la trama principal, y sabes que terminará bien. Leí Prohibido, de Tabitha Suzuma y estuve varios días caminando por la vida como zombi, sin poder quitarme el final de la cabeza – un poco traumatizada, la verdad. Por cierto, creo que voy a releerla, porque las descripciones sobre los sentimientos del chico son animales -. Leí Bajo la misma estrella y me pasó lo mismo, o Yo antes de ti, o El niño del pijama a rayas. He decir que, por alguna razón – intuyo que la llegada al mundo de mis hijos tiene mucho que ver. ¡Madre mía, hablo como una madre! – no quiero dramas, quiero pasar un rato agradable leyendo y que, cuando lo deje, siga mi vida sin comerme la cabeza, a ser posible con esa sensación que tanto me gusta de ¡Ay, me encanta esta novela, a ver cuándo saco un hueco para seguir con ella!


 Dicen de la novela Feelgood:

Historias con autenticidad y sentido que transmitan alegría y bienestar, que contagien ideas positivas y que sobre todo ayuden a ser más fuertes, más sanos y más felices.”
 
El artículo que leí se titulaba: “Novelas feel-good: el nuevo boom editorial promueve la felicidad”. Bueno, de las que he leído bajo esa etiqueta, desde luego, no promueven la felicidad ni te contagian de ideas positivas, más bien al contrario. 
 
Así que esas son las novelas “FeelGood” que he leído. ¿Alguien conoce alguna? Seguro que he leído más, pero no se acuñaban con ese novedoso término. Ahora estoy leyendo La gente feliz lee y toma café, de Agnès Martin-Lugand – otra francesa. Al parecer los franceses tienen un concepto de la felicidad un poco retorcido - y he comenzado el libro llorando – no pinta bien para mi, creo que va a formar parte de lo no-terminados -, aunque estoy segura de que pronto cambiará y la protagonista, que ha perdido a su marido y a su hija en un mismo accidente y se recrea cada día en su pérdida y en la contemplación de sus habitaciones intocadas aún después de un año, remontará desde lo más profundo. 

Mi mensaje: si quieres leer Feelgood infórmate antes bien sobre la novela y no te dejes engañar por las etiquetas porque, al parecer, todavía ese término no está muy bien definido.

¡Un saludo!

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  2. No sabía exactamente que eran mas novelas Feel Good...ahora me ha quedado claro, gracias!

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