Nosotras, las que somos gobernadas por nuestras pasiones.
Al igual que Elizabeth Taylor, yo también sucumbo al dejarme arrastrar por el río, al no frenar la empatía, al admitir que no estoy sensible, sino quesoy sensible; al exigir bondad en cada gesto, desde quien te vende el pan hasta quien te besa por las noches. Gestos sinceros, sonrisas espontáneas, caricias al vuelo, sin apenas percatarse porque salió del pecho, un "te quiero" sin pretensiones, un abrazo que te arrancará la dicha. Si es así como somos las mujeres, como funcionan las hormonas, como nos pone el periodo, estoy orgullosa de serlo.
FORMAS DE QUERER
Me han querido de muchas formas:
A golpes porque te quiero tanto que lo hago por tu bien, en silencio porque te quiero tanto que no es necesario decírtelo, a escondidas porque te quiero tanto que nadie puede saberlo. Pero yo sólo quiero que me quieran de una forma:
Sin pasar miedo ni un solo minuto recordándomelo todos los días gritando a los cinco océanos la verdad,
porque quereme tanto de otras maneras es una puta mentira.
El águila es el ave que posee la mayor longevidad de su especie. Llega a vivir setenta longevos años. Pero para llegar a esa edad, a los cuarenta se ve enfrentada a una difícil, seria, y definitiva decisión: renovarse o morir. A los cuarenta años,sus garras, antaño curvas y flexibles, ya no consiguen agarrar a las presas de las que se alimenta.Su pico alargado y puntiagudo es quebradizo y dolorosamente curvado. Apuntando contra el pecho están sus elegantes y amplias alas, ahora envejecidas y pesadas por las gruesas plumas.
!Volar es muy difícil y queda poco tiempo!
El águila tiene sólo dos alternativas: Morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará cinco meses. Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y refugiarse en un nido próximo a una pared donde no necesite volar. El águila se ve obligada a golpear con su pico esa pared hasta conseguir arrancárselo por completo. Apenas lo arranca, debe esperar a que nazca un nuevo pico. A continuación deberá arrancar sus viejas e inservibles uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, prosigue arrancando su gastado plumaje..
Al cabo de estos decisivos cinco meses, sale victoriosa para su famoso vuelo de renovación, lista para revivir y disfrutar de treinta años más de vida.
No hay que tener miedo a volar alto, no hay que temer arriesgar, no hay que mirar al resto de la bandada si prefieren perecer, y separarnos al decidir renovar.
Me encantan las ilustraciones. En el mismo saco se pueden meter los libros de fotografías, la pintura en general, los cuadros, ... umm... las ilustraciones, insisto. Las de hoy día, las que se retocan por ordenador. Me parecen impresionantes. El otro día descubrí que existen libros de ilustraciones, no tenía ni idea. Unas vienen acompañadas de una pequeña poesía, o simplemente de un título que acompaña la imagen. A veces es más real, más fantástica, incluso algunas introducen un cuento - mejor dicho, el cuento fue creado para ellas -, y el resultado es tremendo. A raíz de este precioso descubrimiento animo a todo el mundo a que regale cuando toque estos libros que tanto trabajo acarrean. Buceando un poco por estos lares, me encontré con un montón de artistas con mucho talento, de los que hice una pequeña selección que se acercan más a mi gusto. Echarles un vistazo, a mí me parecen una maravilla.
BENJAMIN LACOMBE
En el París del siglo XV, una gitana que se gana la vida bailando para los transeúntes es acusada de asesinato y condenada a la horca; el campanero de la catedral de Notre-Dame, un jorobado que vive al margen de la sociedad, intentará salvar a la muchacha... aquí está la verdadera historia de Quasimodo y Esmeralda de la mano de uno de los escritores más celebrados de la literatura universal, autor también de Los miserables
Dice Benjamin Lacombe, el autor de estas bellas portadas, que para esta imagen de la derecha (la portada francesa) usó una nueva técnica de piedra negra y acuarela, con colores limitados a aquellos del romanticismo: rojo, negro, un poco de marrón y verde. A la izquierda tenemos la portada que creó para la versión en español. Se trata de un libro que en España ha sido editado por Mondadori(2010) con sus ilustraciones con una presentación a la antigua. Se trata de Notre-Dame de París, de Víctor Hugo, el clásico de Esmeralda para niños.
Esta otra portada la creó para un cuento en una revista junto con otra compañera, Bárbara Canepa (aquí su blog, precioso, aunque escrito en francés).
En su blog, Benjamin hace un repaso de cómo dibujó en primer lugar sobre el papel, por qué metió a la mujer barbuda, qué hace ahí la chica del paraguas y lo que le costó no pintar al payaso terrorífico (aunque en mi opinión da bastante miedo). Después, cómo cambiaron algunos personajes de lugar y cómo se dio esa profundidad con luces y sombras con el escaner. ¡Todo en tres días!
Han realizado multitud de exposiciones conjuntas. ¡Ojalá hubiera ido cuando viví en París!
Finalmente, he dado con lo que buscaba: las ilustraciones para Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton. Fantásticas. Os muestro dos de ellas:
En el blog cuenta cómo quiso conseguir el toque gótico dando trasparencia a los champiñones, la luz roja de las lámparas y las ramas retorcidas. Me encantan los pelillos del conejo repeinado.
Por cierto, ¿no suena de algo este tipo de dibujos? Sí, es el ilustrador de Mathias Malzieu, autor de La Mecánica del Corazón.
CRIS ORTEGA
Ya he usado fotos suyas para ilustrar algún cuento (Mi amante vampiro) . De temática más bien romántica paranormal y de terror, sus protagonistas son casi siempre mujeres, pero hay que fijarse en los detalles, los ambientes de fondo, los complementos que dotan de realidad la atmósfera, los vestidos, los pliegues... Forgotten3, las Colinas del Silencio, es el tercer libro de relatos e ilustraciones que publica. Pinchando aquí puedes acceder a su web y ver las imágenes haciendo clic en la esquina inferior derecha para pasar la página. También hay un libro promocional.
¿A qué huele La Casa de las mujeres Laguna? A una selva de margaritas, a puchero de ajo, un poco a tragedia y un mucho a desamores. ¿Que cómo puede oler un libro? Quien lo haya leído comprende de qué hablo, pero como esto va dirigido a aquellos desafortunados que todavía no lo han tenido en sus manos, voy a tratar de expresarlo lo mejor posible y siempre desde mi humilde y un poco macabro punto de vista.
Las mujeres Laguna han cargado con una terrible maldición desde el principio de su linaje: una tras otra sufren mal de amores y sólo dan a luz niñas que perpetúan esta cruel herencia. Pero cuando después de décadas de pasiones prohibidas y amores trágicos nace el primer varón, se abre la puerta de la esperanza. ¿Será éste el fin de la maldición?
Este libro es un cóctel de sentidos. En él se aprecia la historia a través del tacto, la vista, el olfato y la memoria.
“Los presagios que habían anunciado las margaritas se hicieron ciertos el invierno de 1900. El jardín de la casona roja dejó de obedecer a la climatología y a las estaciones y se instaló en una primavera eterna.”
Prosa de un estilo muy propio, idealismo mágico, junto con unos personajes rotundos, con fuerza, enteros en su personalidad y tan odiosos como tiernos, cada uno en su estilo. Un entorno de personajes secundarios tan interesantes como los principales, así de bien los pintó Cristina López Barrio, por cierto, madrileña desconocida que vio no sólo cómo su primera novela para adultos era publicada por Place & Janes, sino que asistió a una edición tras otra, a una traducción tras otra en un tiempo tan corto que cualquiera pensaría “no puede estar ocurriendo”. Todo un descubrimiento. Yo lo descubrí en cuanto salió, una primera edición. Al principio empecé a leer diciéndome “de qué va esto, nunca he leído algo así”, y al mismo tiempo embelesada y salivando con el libro en las manos, en el aeropuerto y pasando página tras página hasta que llegué a la 476 y ¡ya no había más!
Advertencia: es de los que enganchan.
Comenzamos a finales del siglo XIX, en un pueblo castellano, cómo no, con el amor de Clara Laguna, “la Laguna de los ojos de oro” y un hacendado andaluz que va de caza y que más que venados, caza a la joven más deseada - aunque maldita - del pueblo.
Sus amores la mantenían muy ocupada. Paseaban a caballo por los pinares salvajes y las majadas, entre cacería y cacería de él, y se amaban donde les venía en gana. A ella le gustaba sentir las manos de su amante y aquel olor salado, que se resistía a irse, en el jardín de la granja bajo la pérgola con las últimas rosas. Un atardecer, después del gozo, él le preguntó por qué no acudía a la iglesia a escuchar los sermones del cura, que si bien eran algo confusos en el significado, resultaban fascinantes.
- Si quiere le acompañaré este domingo - respondió imaginándose cómo entraba en el templo luciendo el vestido de las fiestas, con su brazo maldito enlazando el brazo del hacendado. Se imaginó también que su vestido era blanco y que avanzaban hacia el altar donde les esperaban unos anillos y unas bendiciones, porque la maldición de su familia se había quedado en el umbral de la iglesia temblando de rabia.
Él, que a excepción de la boda se había imaginado lo mismo, supo que acababa de precipitarse. Una cosa era que le hubieran visto con ella paseando por las calles o a caballo por los montes y la sierra, y otra muy distinta que le vieran llevándola de su brazo a la iglesia.
- Creo que con quien deberías ir es con tu madre.
- Sí, o lo mejor es que no vaya, o que lo haga con quien me apetezca.
Clara se alejó de su amante. Un frío líquido le recorría los huesos, lloraba lágrimas como cuchillos, y en la boca sentía una náusea de sangre. Reconoció los síntomas que le había descrito su madre en muchas ocasiones: eran los síntomas de la maldición, era el primer dolor que le infligía, y el que anunciaba la podredumbre de otros venideros.
Pasamos por las desgracias de cinco generaciones y cinco protagonistas que se suceden una tras otra, a cuál más distinta. Te enamoras de Clara, odias a Manuela y adoras a Olvido, la más bella de todas. Después surge Margarita y más tarde Santiago, quien por ser varón pondrá la maldición patas arriba. ¿Qué pasará ahora?
Una mágica novela sobre las trampas del deseo, la tragedia del amor y los lazos indestructibles de la familia.
Es un libro de superlativos. Es cruel en ciertos pasajes, macabra, trágica, pero por ello es tan tremenda y hace sentir tanto. Los momentos dulces son muyyy dulces; los amargos son muyyy amargos. Lo recomiendo por todo: por la prosa, por los personajes, por la historia, por el principio, por el final, por la portada y porque merece la pena disfrutar de estas grandes cosas.
Si te gusta Gabriel García Márquez, Laura Esquivel, y Ángela Becerra, no lo pienses dos veces. Si todavía no estás convencidos, aquí te dejo el primer capítulo:
Me planteo cómo comenzar a recomendar libros. En primer lugar, advierto que las novelas o relatos que yo recomiende, las he leído previamente. Cuando no sea así, lo avisaré. Existen tantos y tipos tan variados… mi problema-fortuna es que los adoro todos y de todas las temáticas, pero soy consciente de que no a todo el mundo le pasa lo mismo. Por lo tanto he elegido para este post algo bonito y duradero, porque en Madrid brilla un sol gordo y auténtico y a mí eso me pone de muy buen humor.
Y estos libros que presento son obras de arte que acompañan al tiempo.
Libros para todos los públicos, para cualquier momento, agradables, dulces, con un sabor a verano, relajación y disfrute. Posiblemente mientras los leas tendrás una feliz sonrisa de nostalgia en tu cara.
La evolución de Calpurnia Tate, de Jacqueline Kelly.
“Entonces el abuelo me contó unas cosas increíbles. Me explicó maneras de llegar a la verdad de cualquier tema, no sólo sentándote a pensar en ello como Aristóteles (un señor griego, listo pero confundido), sino saliendo a mirar con tus propios ojos; me habló de hacer hipótesis e idear experimentos, y de comprobar mediante observación y llegar a una conclusión”
Es la primera novela publicada de esta madre Neozelandesa. Se editó en España en 2010. Yo lo descubrí el verano pasado, recién impreso, arrullada por esa tapa preciosa - y eso que odio dejarme llevar por la imagen exterior -, pero hay que reconocer que la editorial Roca dio en el clavo con ella. 268 páginas de deleite, aderezado cada capítulo con una introducción de “El origen de las especies” del señor Darwin, que te abre el apetito para lo que prosigue, pues este libro es naturaleza en estado puro, tanto animal como humana. Calpurnia Tate, Callie, es una niña de 11 años que vive en Texas en 1899, en una casa sureña rodeada de campos de algodón. La historia transcurre durante un año. Narrada por una niña, pero para nada infantil. El cambio de siglo nos trae hitos como la instalación del teléfono, la revolución del automóvil, la chispeante - y a veces peligrosa - aparición de la Coca-Cola (un momento bastante divertido). Es un libro fresco, fácil, que enarbola todos los sentidos de los recuerdos. Te sientes identificado con la protagonista, porque aunque no sea nuestros lugar y nuestro tiempo, ¿quién no ha tenido 11 años?, además, esta niña pasa por situaciones tan mundanas y divertidas que inevitablemente te acercan a ella, siempre bajo la óptica de una niña madura para su edad, lista y espabilada, independiente pero familiar. A veces es tan ingenua y atolondrada que te apetecería darle un abrazo y sacarla del lío. ¡Ay Callie, Callie! Es tierna, inocente, y se subleva contra las costumbres de la época. Alrededor de ella se desarrollan, con magistral dominio de la naturaleza humana, unos personajes conmovedores: una madre de su época que trata de enderezar el espíritu curioso de Callie hacia las labores domésticas; un hermano mayor que comienza sus periplos amorosos y tres pequeños que perseguirán a su mejor amiga y que darán que pensar sobre la evolución del más fuerte de una manera graciosa; una criada comprensiva y una casa que es un eterno desbarajuste. Pero el tronco de esta historia es la relación de Calpurnia con su abuelo, un hombre hosco, parco en gestos y palabras, un ex capitán y científico que se pasa las horas encerrado en el santuario de su biblioteca con las puertas herméticas, y con el que iniciará una relación de lo más inesperada.
No es una lectura “devoradora”, es decir, puedes colocar el marca páginas e irte a echar un chapuzón sin interrogantes. Pero pronto volverás a pensar en él y con gusto seguirás leyendo. Creo que si tuviera que elegir a alguien de la casa me quedaría con el abuelo ¡yo quiero uno como él! Si tuviera que describirla en dos palabras serían “conmovedora y solariega” ¡Muy recomendable y un precioso regalo para cualquiera!
Aquí (pinchar para acceder) os dejo los tres primeros capítulos, regalo de la propia editorial.
La mecánica del corazón, de Mathias Malzieu.
De nuevo narrado por un niño, pero un libro para adultos. Nos salimos de tercio sin abandonar lo tierno. Un poco gótico, tenebroso y dulce. Sí, es un libro dulce, pequeño (solo 174 páginas), y a pesar de que soy fan de los ebooks, he de reconocer que adoro tocar la portada. ¡Preciosa! En unos tonos grises, pálidos, y los personajes coloreados pero borrosos, melancólicos. Sí, también es un libro melancólico. Volamos hasta Edimburgo para entrar en un “refugio esculpido dentro de un enorme abeto”. Estamos en 1874 y es el día más frío de la historia. Hace tanto frío que una joven encinta resbala sobre la nieve con sus propias lágrimas, que se han congelado, y cae. “En su interior, yo emito un ruido como de hucha rota”. Mathias Malzieu usa un lenguaje tan profundo que con dos palabras te ha transmitido el sentimiento, ¿verdad? Musical y poético, un libro tan dulce como su protagonista. Lo que resonó fue su corazón, que estaba helado. Por suerte, Madeleine, una especie de partera clandestina y carpintera da con el corazón ideal para él:
“un reloj de madera, excepto por la esfera y las agujas. El acabado es rústico, sólido, dice la doctora.
- ¡Este reloj te ayudará a tener un buen corazón! Y además combinará muy bien con tu cabeza de pajarillo - dice Madeleine dirigiéndose a mí. No me gusta demasiado todo este asunto de los pájaros. Pero soy consciente de que la doctora intenta salvarme la vida, así que no voy a ponerme exquisito.”
Pues eso, tierno a más no poder. Sin embargo, Jack tendrá deberá seguir unas reglas para sobrevivir:
Uno: No toques las agujas.
Dos: Domina tu cólera.
Tres: No te enamores nunca.
La mecánica del corazón depende de ello.
¿Quién no ha sufrido nunca por amor? Pues eso le pasa a Jack en cuanto conoce a Miss Acacia, una bailarina andaluza que pone en peligro su pobre reloj. Desde ese momento, Jack iniciará una aventura quijotesca desde las frías callejuelas escocesas hasta la radiante ciudad andaluza en su busca.
Es un libro ligero pero cargado, que nos explica con palabras lo delicado y frágil que es el amor y el sufrimiento del desamor, que se ceba sobre todo en la juvenil ilusión, ciega y estúpida del enamorado primerizo. ¿Quién no ha hecho tonterías por amor?
Mathias Malzieu (Montpellier, 1974) es autor de38 mini westerns(Pimientos, 2003) yMaintenent qu´il fair tout le temps nuit sur toi(Flammarion, 2005 ) con las que obtuvo éxito y reconocimiento crítico. A parte de escritor, también es el cantante de uno de los grupos de pop más importantes de Francia, Dionysos.
La alargada sombra del amor es su última novela, que podría parecer la segunda parte de ésta, pero no, es una historia totalmente distinta y, por cierto, con muy buena pinta.
Aquí os dejo los tres primeros capítulos para quien desee hojearlos. Y un vídeo precioso ¡PRECIOSO! que merece la pena mirar: